viernes, 16 de diciembre de 2016

CORNELIUS JANSEN Y EL JANSENISMO


Cornelius Otto Jansen,teólogo flamenco,estudió en Utrecht, Lovaina y París, donde asistió a las controversias entre los profesores de la Facultad de Teología de Lovaina (defensores del papel esencial de la gracia divina en la salvación, por influencia de san Agustín) y los teólogos jesuitas (partidarios de la doctrina humanista y optimista de Luis de Molina, que dejaba un papel mucho mayor para la libertad del hombre).
En 1611-16 se retiró a Camp-de-Prats (cerca de Bayona, en el País Vasco francés) con su amigo Jean Duvergier de Hauranne, para profundizar en el estudio de la Biblia y de los Padres de la Iglesia. Desde 1617 Jansen fue profesor de Teología en Lovaina, asumiendo el liderazgo de aquella escuela teológica contra la Compañía de Jesús. Llegó a ser nombrado obispo de Yprès , mientras dedicaba sus esfuerzos a un profundo estudio del pensamiento de San Agustín: en él defendía una visión pesimista de la condición humana, marcada por el pecado original y por la predestinación.
Este voluminoso tratado fue editado por sus discípulos después de su muerte. Los jesuitas consiguieron que su doctrina, conocida desde entonces como jansenismo, fuera condenada por el papa Urbano VIII . Por su parte Richelieu, que no perdonaba a Jansen un panfleto de 1635 criticando su política exterior, lanzó la persecución en Francia de los "jansenistas", encabezados por Duvergier de Hauranne, abad de Saint-Cyran; éste había desarrollado su propia interpretación práctica de san Agustín, basada en una piedad anti-intelectual y una concepción rigurosa de los sacramentos.

El Jansenismo es una doctrina que tiene como base los escritos de Cornelius Jansen,que llevó a sus máximas consecuencias las ideas de San Agustín relativas a la influencia de la gracia divina, y que sostuvo la predestinación de los hombres según la voluntad de Dios. Esta doctrina tuvo su principal foco de defensa en Francia, fundamentalmente en la Madre Angelique Arnauld y los teólogos de Port-Royal, monasterio reformado por ella. Durante el siglo XVI fue motivo de enfrentamiento entre molinistas y agustinianos, y en la segunda mitad de ese siglo fue combatida por los jesuitas, contra quienes escribió Pascal sus famosas Cartas Provinciales, condenadas por el papa Urbano VII. En el siglo XVII, el jansenismo fue defendido por Antoine Arnauld, que encontró apoyo en los mojes de Port-Royal, aunque sus teorías fueron continuamente condenadas en diversas bulas papales. En el siglo XVIII, el partido jansenista se alió al galicanismo parlamentario, contrario al absolutismo monárquico, lo que produjo innumerables persecuciones por parte de la corona. Tras la revolución en el siglo XIX, el conflicto prácticamente desapareció. Todavía existe en Holanda una iglesia jansenista, fundada en Utrecht en 1724, que no se ha extendido más allá de los Países Bajos.
Este movimiento interno de la Iglesia tuvo lugar durante los siglos XVII y XVIII y se desarrolló principalmente en Francia de la mano de Angélique Arnauld y los teólogos del monasterio de Port-Royal con el abad Saint-Cyran al frente; otra zona en la que se dejó sentir en especial fue en los Países Bajos, aunque en realidad tuvo también gran repercusión en toda Europa e, incluso, en América. Esta doctrina tomó como fundamento los escritos del teólogo holandés Cornelio Jansenio, quien con su obraAugustinus seu doctrina S. Augustini de Humanae naturae sanitate, aegritudine, medicina adversus Pelagianos et Massilienses (Lovaina, 1640) expuso pormenorizadamente el pensamiento de San Agustín y abordó especialmente la cuestión de la correcta concepción de la gracia divina y la predestinación del hombre, con lo cual enlazó directamente con las polémicas promovidas en torno al tema por el molinismo, el bayanismo y la reforma protestante, con el objeto de restaurar el primitivo cristianismo y adoptar una postura de claro enfrentamiento ante la filosofía escolástica.
Así pues, la obra de Jansen originó un movimiento espiritual que aspiraba a una profunda reforma religiosa del catolicismo, en la que la autoridad de obispos y párrocos se reforzaba en detrimento de la papal; así, se atribuíala infalibilidad a la Iglesia y no a su pastor. El pensamiento renovador jansenista quedó expuesto en diversas obras, de las que destacan la Théologie morale des jesuits y De la fréquente communion, de Antoine Arnauld , quien ataca a la Compañía de Jesús y su defensa del molinismo, el probabilismo, la casuística y su concepción de un cristianismo de masas, y aboga por una vuelta a las primitivas prácticas de la Iglesia; cabe mencionar también las Provinciales de Blaise Pascal, escritas también en defensa del jansenismo contra los jesuitas y su concepción de la casuística; otros títulos son el Nouveau Testament en français avec des réflexions morales sur chaque verset, de Pasquier Quesnel; además de las obras de Saint-Cyran, Pierre Nicole (Essais de morale) y las muy diversas contribuciones al movimiento de parte de los “solitarios” de Port-Royal.

El jansenismo en Francia

Se centró principalmente en París, donde se hallaba un gran monasterio de religiosas de la orden del Císter, Port-Royal-des-Champs y Port-Royal-Saint-Jaques, en el que la reforma jansenista se llevó a cabo bajo la dirección del confesor y fundador del jansenismo francés Jean-Ambroise Duvergier de Hauranne, abad de Saint-Cyran además de compañero de estudios de Jansenio en París, en cooperación con la abadesa Angélique Arnauld. Se desarrolló un jansenismo pastoral y práctico, consistente en una política eclesiástica contraria al centralismo de las órdenes que fomentaba la autonomía de parroquias, diócesis, conventos, y muy ligado al episcopalismo y al galicanismo, a la vez que se fundaban colegios y residencias dedicadas a acoger a todos los que querían retirarse del mundanal ruido, con gran influencia en la alta sociedad parisiense.
Tras la muerte de Saint-Cyran en 1643, Antoine Arnauld, hermano de Angélique, se convirtió en cabeza del movimiento, al que defendió de los continuos ataques que recibía con gran habilidad literaria; se vio obligado a trasladarse a los Países Bajos tras la bula Cum occasione de Inocencio X, en la que condenaba las tesis sobre la gracia y la libertad de Jansenio expuestas en su Augustinus. Pasquier Quesnel, exiliado junto a Antoine y a quien sucedió tras su muerte, publicó Réflexions morales, obra objeto de distintas censuras, especialmente en la bula Unigenitus Dei, donde Clemente XI condenaba 101 de sus proposiciones; esta bula causó gran desorden en los obispos jansenistas franceses, que exigieron un concilio nacional para apelar y discutir la bula.
De este modo se dispuso el episcopado francés a obtener cierta independencia frente a Roma, pero acabó condenado por la Inquisición romana y excomulgado, al mismo tiempo que Luis XV hizo de la bula una ley de estado, poniendo así fin al jansenismo en Francia. El monasterio de Port-Royal fue tomado por el ejército y destruido entre 1709-1712, sin embargo la impresión causada en aquellos simpatizantes que vivieron entre sus paredes, como Racine o Pascal, trajo consigo que la problemática teológica adquiriese una amplia difusión entre la sociedad francesa, ya que con sus obras divulgaron y dieron popularidad al movimiento.

El jansenismo en los Países Bajos y en Italia

Los Países Bajos constituyeron el segundo foco jansenista, en el que se experimentó una enorme expansión de esta doctrina desde el momento en que fue albergue para los jansenistas procedentes de Francia, y debido de igual manera al conflicto existente entre Roma y Holanda, que había sido provocado por el nombramiento de Steenhoven como obispo por el cabildo de Utrecht, a quien Roma no había reconocido como arzobispo, y cuya iglesia fue convertida en santuario jansenista.
En Italia, el jansenismo fue interpretado como un movimiento renovador en contra de la influencia que la Iglesia ejercía sobre la sociedad italiana. El obispo jansenista de Pistoia y Prato, Scipione Ricci, congregó en Pistoia a un grupo de teólogos de entre los que destacaba el célebre Pietro Tamburini, y de esta forma dio comienzo el sínodo de Pistoia en 1786. Se formularon allí 85 propuestas de reforma, medidas que fueron toleradas por Roma hasta que la bula Auctorem fidei de Pío VI las condenó en 1794.

El jansenismo en España

El jansenismo español supone un problema complejo, pues se ha llegado a señalar que dicho movimiento no existió puesto que no hubo defensores de la obra de Jansenio en España; otros lo han circunscrito al galicanismo o al regalismo; se ha visto también como una manifestación de la Ilustración, e incluso se ha puesto en conexión con el erasmismo; para mayor desconcierto, los jesuitas acusaron de jansenistas a todos aquellos que consideraban enemigos con la finalidad de desacreditarlos y dotar al movimiento de sentido meramente político. En España se pretendió una renovación espiritual que se mantuviera dentro de los límites de la fe católica, denominada por ello “catolicismo ilustrado”, que pretendía otorgar privilegios al episcopado español e independencia respecto de Roma (el caso de las dispensas matrimoniales), además de renovar la teología pastoral, la predicación.
El jansenismo se vio impulsado en España por la amplia difusión que experimentaron, especialmente en Madrid, en la Universidad de Sevilla y de Salamanca y en diversos círculos eclesiásticos, tanto las actas del Sínodo de Pistoia, aun sin traducir, como la Constitución civil del clero , aunque condenada por Pío VI, con la que se facilitaba la elegibilidad de sacerdotes y obispos, se suprimían conventos y órdenes religiosas y los miembros del clero pasaban a ser funcionarios del Estado. Este renacimiento jansenista fue aprovechado en 1797 por Godoy para introducir cambios en el Gobierno: Jovellanos ocupó el Ministerio de Gracia y Justicia (relacionado con asuntos religiosos) y Mariano Luis de Urquijo fue subsecretario de Godoy en el Ministerio de Asuntos Extranjeros.
Urquijo publicó a la muerte de Pío VI un decreto que establecía las prácticas a seguir por la Iglesia española, se le concedían ciertos privilegios exclusivos de Roma, hasta que Pío VII hizo volver las aguas a su cauce: Urquijo fue destituido y la bula Auctorem fidei comenzó a tener vigencia en España, ya que Carlos IV no había permitido al inquisidor Lorenzana su promulgación, y así terminó el llamado “cisma de Urquijo”.
La influencia del erasmismo en la cultura del siglo XVIII español es decisiva para fijar el carácter específico del jansenismo en España, patente por la voluntad de divulgar las Sagradas Escrituras; trascendentales fueron en esta labor las obras de Joaquín Lorenzo Villanueva Estengo y la Biblia de Torres Amat; por otro lado, aparecen numerosas ediciones de autores del XVI, fray Luis de Granada, de León, Juan de Ávila, etc. En este campo destaca la figura de Mayans y Siscar, quien edita la Opera omnia de Luis Vives y la de El Brocense, el Diálogo de la lengua de Juan de Valdés, etc. y escribió la Vida de Miguel de Cervantes y Vida de Fray Luis de León, acompañada de la edición de su obra poética. Las ideas francesas fueron difundidas en España a través de los ensayos de Feijoo.
La otra gran preocupación jansenista en España, la renovación de la predicación, corrió a cargo del episcopado: Francisco Armañá, Felipe Bertrand, José Climent, Francisco Antonio de Lorenzana, Palafox, Miguel de Santander o Antonio Tavira y Almazán, quienes expresaron las ideas jansenistas mediante sermones. A pesar de pertenecer a la enemiga Compañía, José Francisco de Isla criticó también el estado de la predicación en Historia del famoso predicador fray Gerundio de Campazas alias Zotes . Es evidente que España estuvo fuertemente influenciada por el jansenismo, de tal manera que Jovellanos afirma en su Diario que “toda la juventud salmantina es Port-Royalista”.

Bibliografía

  • Miguélez, Miguel F., Jansenismo y regalismo en España. Datos para la historia.
  • Tomsich, Mª Giovanna, El jansenismo en España. Estudio sobre las ideas religiosas en la segunda mitad del siglo XVII.
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/j/jansenio.htm
http://www.enciclonet.com/articulo/jansenismo/#

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