miércoles, 30 de septiembre de 2015

LA REVOLUCION FRANCESA.... LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE Y SU CONFIGURACIÓN DE ESTADO





Abordaremos los momentos inmediatamente anteriores a la Revolución Francesa y la primera andadura de ésta, hasta el 10 de Agosto de 1792, es decir, la labor de la Asamblea Constituyente y de la Asamblea Legislativa, incluyendo logros tan importantes y de tanta trascendencia como la elaboración de la primera constitución francesa, la Declaración de los derechos del Hombre y del Ciudadano y la abolición de los derechos feudales; supone, en resumen, la abolición del Antiguo Régimen en lo político, en lo social, y en lo económico. 


1.La reunión de los Estados Generales.
Ya veíamos la situación financiera tan desastrosa por la que pasaba el Estado francés, y vimos como la única solución era que la nobleza y el clero, estamentos privilegiados, pagarán impuestos de acuerdo con su riqueza. Éstos, lógicamente, se van a oponer y van a arremeter tanto contra el rey como contra los distintos ministros de hacienda de éste (revuelta de los privilegiados). La salida a esta situación, para los estamentos privilegiados, es lograr que el rey convoque una reunión de Estados Generales, asamblea donde están representados los tres estamentos, y que éstos decidan.

Problemas antes de la reunión de los Estados Generales.
Antes de la convocatoria hay algunos problemas que se tienen que solucionar: 1o) la forma de reunión, si se reunían los tres estamentos juntos o en salas separadas; 2a) el número de representantes de cada estamento, si 1/3 para cada uno o el tercer estado

contaría con la mitad; 3o) si el voto sería por estamento o por cabeza; y 4o) si alguno de los tres estamentos tendría derecho de veto.
En enero de 1789 se convocaban los Estados Generales, pero no se reunirían hasta mayo, entre tanto cada grupo social debía elaborar unos cuadernos de quejas (cahiers de doléances) en los que se recogiera el estado de opinión de los franceses. Ni que decir tiene que en los cuadernos de la nobleza y el clero éstos se aferran a sus privilegios y critican el absolutismo real. En los del tercer estado, redactados por la burguesía, se pedía la igualdad entre los tres estados, la libertad de expresión, de imprenta, de reunión, abolición de los privilegios feudales sobre los campesinos... que se doblara el número de representantes y que el voto fuera por cabeza; el rey accedió a elevar el número de representantes del tercer estado, pero no al voto por cabeza, esto ocasionó la protesta de la burguesía y su radicalización con las ideas que Sieyés incluía en el folleto ¿Qué es el Tercer Estado?. En este folleto se decía que la burguesía debe luchar contra los otros dos estados y que ella era la depositaria de la voluntad popular al margen de los privilegiados.

Problemas durante la reunión.
La reunión de los Estados Generales se inició el 5 de mayo de 1789 en Versalles y durante todo el mes estuvieron discutiendo sobre normas de organización y funcionamiento.
El número de representantes de cada estamento estaba equilibrado y entre los dos privilegiados no superaban al número de representantes del tercer estado (clero 291, nobleza 270 y tercer estado 578). El día 10 de junio los diputados del tercer estado hicieron un llamamiento a la nobleza y al clero para que se reunieran juntos en las deliberaciones, se negó gran parte de la nobleza y menos de la mitad del clero. El 16 el diputado Sieyés propuso que el tercer estado se autodeclarase Asamblea Nacional, y que fueran los depositarios de la soberanía. El 20 el rey clausura la sala de sesiones del tercer estado y a partir de entonces entramos de lleno en la revolución.

2. La Asamblea Contituyente (1a etapa de la revolución.).
La revuelta institucional.
Tras la clausura de la sala de sesiones los diputados del tercer estado se reunieron en la Sala del Juego de Pelota, único local con dimensiones suficientemente grandes como para poder acoger a todos los diputados, en ese local los diputados juraron solemnemente no disolverse hasta lograr una Constitución para Francia. Días más tarde se unen el clero en masa y parte de la nobleza, temen que la evolución de los acontecimientos se les escape de las manos, el rey, incapaz de luchar contra esto, ordena al resto de los diputados que se unan a esta asamblea del tercer estado, el 9 de julio ésta pasó a denominarse Asamblea Constituyente.
Ante los triunfos de la burguesía, la nobleza y el clero, convencen al rey para que el voto fuera por estamento, no por persona (así ganarían siempre en cualquier votación) y que destituya a Necker. Sin embargo, el 14 de Julio el pueblo de París influido por las ideas burguesas se subleva y este levantamiento supone un apoyo a la burguesía.

La revuelta popular.
El motivo de la revuelta de las masas urbanas de París es tanto la penuria económica como la propaganda de las ideas de libertad, igualdad... de los burgueses. El pueblo toma la cárcel de la Bastilla, donde se encerraban a los que no podían pagar losimpuestos y es el símbolo del poder absoluto del rey. Las masas, organizadas por Marat, Danton... formarán una milicia denominada Guardia Nacional de 48.000 hombres. Ante esta situación, el rey, presionado, repone a Necker y acepta las ideas de la Asamblea Constituyente.
En el campo los campesinos arremeten contra la nobleza, no saben exactamente lo que pasa en París, pero su situación económica es dramática y reaccionan de manera brutal, es el primer paso para la supresión de los derechos de los señores.

La obra de la Asamblea Constituyente.
Ante la sublevación de los campesinos la Asamblea Constituyente reaccionó aprobando una serie de medidas que suponían la abolición de los privilegios señoriales y la supresión definitiva del feudalismo: abolición de todo tipo de privilegios, supresión de los impuestos a la Iglesia o a la nobleza... esto suponía el fin del feudalismo y del Antiguo Régimen en lo económico.
El 26 de agosto de 1789 se aprobó la Declaración de los derechos del hombre y del Ciudadano, aunque recoge influencias de la Declaración de los derechos del hombre de Virginia (escrita durante la guerra de Independencia de los Estados Unidos) esta declaración es más amplia, está más en consonancia con los ideales de la Ilustración. En primer lugar garantiza los derechos individuales (libertad de expresión, de reunión, de asociación, igualdad ante la ley, libertad de religión...). En segundo lugar se recoge el derecho de propiedad, algo básico en una conciencia burguesa. También se reconoce que la soberanía reside en la Nación, es decir, que es la Nación la dueña y soberana de sus destinos, no el rey como hasta entonces, y la palabra nación adquiere un nuevo significado.
La imposición de las ideas burguesas supone la supresión de los privilegios de la nobleza y el clero y que el rey esté desprovisto de soberanía, es la liquidación del Antiguo Régimen y su sustitución por un Régimen Liberal o burgués. Lógicamente el rey se opone en redondo a un recorte de sus poderes, pero ante la presión popular no tiene más remedio que ceder y verse obligado a vivir en París, en el palacio de las Tullerías, donde está más controlado por las masas, la Asamblea Nacional se reunía en el teatro de dicho palacio.
Para solucionar el problema fiscal Tayllerand, obispo de Autun pero convencido revolucionario, propuso la expropiación y venta de los bienes del clero, a cambio el Estado debía hacerse cargo de pagar un sueldo a los sacerdotes y de continuar la labor de beneficencia de éstos. El recorte de los privilegios del clero se complementó con la Constitución Civil del Clero del 12 de julio de 1790, en ella los religiosos se convertían en funcionarios públicos, eran elegidos por el pueblo, como todos los demás funcionarios, y no debían obediencia a Roma. Por supuesto no todo el clero estaba de acuerdo, los que juraron fidelidad al nuevo sistema se denominaron juramentados y los que se opusieron refractarios; como es lógico el Papa se opuso en redondo.
La Asamblea Constituyente puso en marcha una nueva ordenación territorial de Francia, se abandonó la división tradicional en provincias y regiones históricas que fueron sustituidas por 83 departamentos de más o menos las mismas dimensiones, el objetivo de esta medida era descentralizar el país pero en la práctica lo que hizo es centralizarlo más cuando lleguen los jacobinos al poder.
Desde el punto de vista económico se pusieron en marcha medidas basadas en el liberalismo económico, entre ellas prohibir las asociaciones de obreros. Como el Estado necesitó dinero puso en circulación unos bonos llamados asignados, el poder convertirse en moneda, así como su excesiva emisión produjo una escalada inflacionista.


La Constitución de 1791.
El objetivo de esta etapa era redactar una constitución (por eso se llama constituyente), el resultado fue la Constitución de 1791, la primera que tuvo Francia. Esta Constitución estaba basada en las ideas de la Ilustración, hablaba de soberanía nacional, división de poderes, la presencia en el legislativo (Asamblea) de los representantes de la Nación... El poder del rey quedaba muy mermado, no en vano se trataba de una monarquía parlamentaria. La soberanía del reino no recaía en su persona sino en la nación. Aunque tenía en sus manos el poder ejecutivo, nombra a los ministros, éstos eran responsables ante la Asamblea. El rey era más bien la cabeza de la Administración (una especie de jefe de los funcionarios) y jefe de los ejércitos, pero para declarar la guerra o la paz debía contar con la autorización de la Asamblea.
La Constitución de 1791 divide a los ciudadanos franceses en dos tipos, activos, si pagan impuestos y no son sirvientes domésticos, han hecho el juramento civil y pertenecen a la Guardia Nacional; y pasivos, si no cuentan con estos requisitos, la inmensa mayoría. Como podemos suponer los activos son una minoría y los que cuentan con derechos políticos, evidentemente son burgueses.

Principales grupos políticos de la revolución.
Todos los revolucionarios franceses no son iguales ni conciben la revolución de la misma manera, unos son monárquicos, otros republicanos, dentro de los republicanos unos son más moderados, otros más radicales... además, las ideas de cada grupo cambiarán a lo largo de la Revolución.
Dentro de la Asamblea Constituyente destacan los Constitucionales dirigidos por Mirabeau y Lafayette, son partidarios de la monarquía parlamentaria, representa a un grupo de aristócratas y de la alta burguesía.
Los girondinos son los más moderados de los republicanos (primero habían sido partidarios de la monarquía parlamentaria), se llaman así por proceder del departamento de La Gironda (zona de Burdeos). Representan a la alta burguesía comercial y por tanto son conservadores, defienden la propiedad y que la revolución no se tiene que hacer a cualquier precio, debe estar dentro de la ley. Dan importancia a las provincias en relación a París, no son, por tanto centralistas. También consideran que la revolución tiene que extenderse por Europa.
Los jacobinos o montañeses son los más exaltados y radicales, representan a la burguesía media y a las clases populares (sans culottes). Se llaman así porque tenían su sede en el antiguo convento de Saint-Jacques. Con respecto a la revolución piensan que se tiene que hacer a toda costa, sin pensar en los medios. Son centralistas, controlan el ayuntamiento de París y piensan que es desde París desde donde se tiene que hacer la revolución. Figuras importantes serán Danton y, sobre todo, Robespierre.
Más radicales que los jacobinos pero con menos representación serán los demócratas. Estos defienden el sufragio universal y no censitario (sólo votan los que tienen ingresos importantes). Piensan que la soberanía debe ser popular y no nacional. Marat tendrá relación con ellos aunque prefiere la calle a la Asamblea.

3. La Asamblea Legislativa: Octubre de 1791-Agosto de 1792 (2a etapa de la revolución).
Una vez acabada la misión de la Asamblea Constituyente, elaborar y aprobar la Constitución de 1791, ésta se disuelve y da paso a la Asamblea Legislativa, parlamento con diputados que tenían que funcionar ya según los principios de la Constitución. El rey jura la Constitución, no le queda más remedio, pero un intento de escapar excita los ánimos del pueblo. La nueva Asamblea cuenta con 745 diputados, que se repartirán entre todos los grupos políticos pero predominarán los constitucionales, los centristas, y en menor medida jacobinos y girondinos para los que todavía no ha llegado su hora.
La Asamblea duró un año y este año fue terrible desde el punto de vista económico, la cosecha de 1791 había sido desastrosa y la carestía de alimentos llevó al hambre y a la desesperación a muchas personas que ante la espectacular subida de los precios no podían comprar los alimentos. Desde el punto de vista político muchos enemigos de la revolución habían partido al exilio y conspiraban desde el exterior para acabar con el nuevo régimen, presionaban, además, para que Austria, lugar de nacimiento de la reina María Antonieta, declarase la guerra a la Francia revolucionaria y así reponer de nuevo a Luis XVI con todos los poderes absolutos.
Ante las provocaciones la Asamblea declaró en abril de 1792 la guerra a Austria, el espíritu patriótico y nacional sirvió de catalizador en la empresa común contra el enemigo (de esta época procede la canción de La Marsellesa). Las derrotas se sucedieron. El manifiesto del general de los ejércitos austríacos duque de Brunswick en el que se decía que si peligraba la vida de Luis XVI y su familia destruiría París caldeó todavía más los ánimos. El pueblo reaccionó con ira, acusó al rey de estar en connivencia con los austríacos (realmente la derrota francesa era la única esperanza que tenía para recuperar su poder absoluto) y se sublevó el día 10 de agosto. Las masas de París, dirigidas por los sans-culottes ocuparon el ayuntamiento de París y presionaron a la Asamblea que aprobó la supresión de la monarquía y la disolución de la Asamblea que daría paso a una Convención.
http://sabuco.com/historia/revolucionfrancesa1.pdf page4image30568

martes, 29 de septiembre de 2015

LA BATALLA DE SALAMINA....LA GRAN BATALLA NAVAL DE LA HISTORIA



La batalla de Salamina (480 a.C.)....
Hasta entonces, el avance de los persas había sido fácil, a pesar del combate de las Termópilas; pero la ocupación del Peloponeso requería otra vez la colaboración de la escuadra, encargada de trasladar a las tropas más allá del istmo donde los aliados se habían hecho fuertes. En estas circunstancias era ineludible una batalla naval que pusiera fuera de combate a la flota enemiga. Contaba ésta con 310 naves, pues había sido reforzada; no obstante, la persa era mucho más numerosa. Corría el año 480 antes de Jesucristo. Jerjes decidió forzar el paso llamado Cynosura -rabo de perro-, pero su flota quedó escindida en dos por la pequeña isla de Prytalea. Por otra parte, el excesivo número de buques les impedía maniobrar. (A.Jiménez-Landi)




Concentración de tropas en Salamina:
La flota griega se había congregado junto a Salamina. Las pérdidas sufridas en Artemision fueron subsanadas mediante la reparación de las naves dañadas y con los refuerzos provenientes de Egina y el Peloponeso. Las tentativas de Temístocles de incitar a los jonios que se hallaban en la flota persa, a que se pasaran a la alianza helénica no dieron resultado; sólo cuatro naves enviadas por Naxos, por orden del rey, para ayudar a la flota persa, se adhirieron a los griegos. Según dice Esquilo, la flota griega que tomó parte en la batalla estaba formada por un total de 310 navios, de los cuales 110 eran atenienses. La posición ocupada por los griegos en Salamina era excelente: no solo permitía defender la isla, sino que estaba en condiciones de impedir a los ejercitos terrestres persas el avance hacia las fortificaciones erigidas en el istmo de Corinto. 



Desacuerdo táctico heleno:
Esparta apenas había enviado una veintena de trirremes, pero por tradición fue su almirante Euribíades, más veterano que Temístocles, quien tomó el mando. Esto originó una discusión entre entre Temístocles, que quería una batalla delante de Atenas, y el espartano, que preconizaba un repliegue hasta el istmo de Corinto.  De la gran armada persa del principio quedaban aproximadamente seiscientos barcos de combate, los demás estaban en el fondo del agua, por causas diversas, repetidas tormentas, combates desgraciados de unidades aisladas y otros accidentes. Eran barcos poderosos que, siguiendo a la vez la retirada del ejército griego y el avance del ejército de Jerjes llegaron delante de Phaleres a contemplar las humaredas de la segunda destrucción de Atenas. En este punto al que la guerra había llegado, se produjo un verdadero suspense. Si Euribíades quería replegarse sobre Corinto, era sin duda porque se suponía que Jerjes atacaría el Peloponeso. Su plan de ataque sobre Citera apuntaba a la división de las fuerzas griegas. Y después de todo, ¿Qué les quedaba a los griegos del Atica, aparte del mar y de sus trescientas trirremes? Incluso sin el flojo apoyo de la escuadra espartana, todavía le quedaba a Temístocles algo con lo que cerrar el paso y combatir razonablemente a los persas. Todo el problema residía en saber si Jerjes pasaría el callejón sin salida o se olería la emboscada. (Brossard)
A pesar de ésto, según Heródoto, muchos estrategas proponían la retirada y que se eludiera la batalla. Triunfó la opinión de Temístocles que pensaba que era necesario atraer inmediatamente a los persas a una batalla naval. Heródoto nos cuenta como Temístocles se salió con la suya en este asunto. Para ello envió un emisario al rey persa, con el mandato de comunicar a Jerjes, en su nombre, que simpatizaba con los persas, y que entre los griegos reinaban el desánimo y la tristeza y la propensión a dispersarse, presas del más grande terror; y que, por ello, no había más que atacarlos inmediatamente, para que la victoria estuviera asegurada. Jerjes se dejó seducir por la idea de terminar con la guerra de un solo golpe, en Artemison la armada griega había conseguido huir, pero aquí podía rodearla por todos los costados. En realidad, durante la batalla hubo menos discusiones entre la flota griega que entre los persas, que era más heterogénea que la de la coalición.
La armada helénica estaba anclada en una bahía que penetraba profundamente en la costa oriental de la isla, junto a la ciudad de Salamina. Una angosta franja de agua, entre la isla y el continente por el sur, casi encierra el islote de Psitalia, y allí a lo largo de las costas del Atica, se alinearon en tres filas las naves persas, y en la isla fue desembarcado un fuerte destacamento. Hacia la salida occidental del estrecho, hacia la ciudad de Megara, Jerjes envió un destacamento naval auxiliar para cortar a los griegos la posibilidad de retirada. El ejército terrestre persa fue llevado a la costa, a la retaguardia de las principales fuerzas de la armada. Temistocles se obstinó en no salir de su pasillo a librar una lucha espectacular en otro lugar con facilidades para maniobrar. Durante un mes permaneció fondeado bajo la atenta -y quizá impaciente- mirada de Jerjes, que debió pensar que, a pesar de la elección griega del terreno, la ocasión era buena para liquidar la flota griega y librarse así de ella mientras ocupaba el resto de la Hélade. Sería el fin de las trirremes atenienses antes de las tormentas de otoño. Jerjes se ubicó en un alto cerro para poder seguir desde allí el desarrollo de la batalla.
El 28 de septiembre del año 480, por la mañana temprano, la flota griega en formación de batalla, teniendo en el flanco izquierdo los navios atenienses, y en el derecho los de Esparta y Egina, fue la primera en avanzar contra los persas, entablándose una encarnizada batalla. Los manineros persas combatieron con extraordinaria tenacidad y valentía. Pero muy pronto se produjo entre ellos la confusión; en el angosto estrecho, de poquísima profundidad, las filas posteriores de las naves estorbaban los movimientos de las anteriores. Fueron inútiles los esfuerzos de los expertos marinos fenicios, pues, cediendo al ataque de los navíos griegos, la enorme flota persa se amontonó en una masa desordenada. Las naves penetraban ruidosamente en los cuerpos de las otras, encallaban en los bancos de arena y zozobraban en gran cantidad, hundiéndose. La reina Artemisa de Halicarnaso había intentado convencer a Jerjes de que no cayese en la emboscada. Durante la batalla su barco enarboló los colores griegos y se lanzó contra el del rey de Calindes para arreglar una vieja cuenta. Consiguió hundirlo y huir sin ser molestada. Los persas no utilizaron la fuerza de los remeros para rodear la isla por el paso sureste. Las unidades griegas consiguieron fácilmente rodear a las naves persas de imprecisos movimientos. Combatieron con gran lucidez y con la energía de los que se juegan todo en la última baza. Simultáneamente, Arístides, que había aprovechado la amnistía para regresar a su patria en visperas de la batalla, desembarcó con un destacamento de hoplitas en Psitalia y aniquiló al destacamento persa. Al llegar la noche todo había acabado: la enorme flota persa estaba deshecha, destruida casi por completo. Las naves restantes no se hallaban en condiciones de emprender ninguna operación seria. La flota creada por los atenienses había salvado la independencia de Grecia.




LA BATALLA
Crujen los mástiles
y caen envueltos de humo y fuego;
ya parten los remos;
ya derrotan los cuerpos marineros;
ya se quiebran arcaicas las maderas;
ya brotan las aguas naufragadas.
Barcos dolidos se retiran del miedo.
Espadas con alas sometidas
huyen del gélido puño del guerrero.
¡Jerjes, Oh triste Jerjes!
Hoy llora herida la venganza
por la actitud del agua bandolera,
tu sueño se hunde y te desplaza,
en un negro presagio de banderas.
Y en las playas dormidas al horizonte,
en el brillo nacarado de una espada,
una vieja leyenda me responde
“yo fui blandida en la batalla
en la que siempre pierde el hombre,
... sólo el hombre”.
http://www.mgar.net/var/salamina.htm
http://poetajosecercas.blogspot.com.es/2011/04/la-batalla-de-salamina.html

lunes, 28 de septiembre de 2015

GEORGES BENJAMIN CLEMECEAU.....PERIODISTA ,POLITICO Y FIGURA RELEVANTE DE SU ÉPOCA


Político y periodista francés, nacido en Mouilleron-en-Pareds (La Vendée) el 28 de septiembre de 1841 y fallecido en París el 24 de noviembre de 1929. Como periodista y líder de la izquierda parlamentaria, fue uno de los hombres más influyentes de la política francesa de fines del siglo XIX. Durante su segundo mandato como primer ministro , lideró el esfuerzo de guerra que condujo a Francia al triunfo sobre las potencias del Eje, y desempeñó un papel esencial en las conversaciones de paz que concluyeron en el Tratado de Versalles, consagrándose como una de las figuras más relevantes de la política de su tiempo.
Fue el primero de los seis hijos de una familia humilde. Nacido y criado en una región de fuerte tradicionalismo, Clemenceau recibió, sin embargo, desde muy niño, la influencia anticlerical y progresista de su padre, Benjamin, imbuido de los ideales de la Ilustración y de la Revolución Francesa. A los doce años ingresó en el Liceo de Nantes. Durante su época de estudiante en dicha ciudad se introdujo, por mediación de su padre, en los cenáculos políticos opuestos a Napoleón III y conoció a hombres notables del republicanismo radical, como el gran historiador Jules Michelet.
Se trasladó a París para estudiar medicina; se instaló en el Barrio Latino. Allí se unió a los jóvenes republicanos de la asociación vanguardista Agis comme tu penses ('Actúa como piensas'). Junto a algunos de sus compañeros fundó el boletín Le Travail. Poco después fue detenido y encarcelado durante dos meses y medio por haber publicado un llamamiento a los obreros parisinos para la conmemoración del aniversario de la Revolución de 1848. Tras su liberación, fundó un nuevo periódico, Le Matin, que fue clausurado al poco tiempo por las autoridades policiales. Al acabar sus estudios marchó a Estados Unidos, en pleno fragor de la Guerra de Secesión. Durante los siguientes cuatro años (1865-1869) permaneció la mayor parte del tiempo en Nueva York, donde se introdujo en los círculos políticos e intelectuales progresistas y quedó fascinado por la libertad de expresión de la que la democracia americana había hecho su bandera. Trabajó como corresponsal de guerra para el periódico Paris Temps y, al acabar la contienda, se empleó como profesor de francés y equitación en un colegio para señoritas en Stamford (Connecticut). En 1869 se casó con una de sus alumnas, Mary Plummer, con la que tendría tres hijos. El matrimonio se separó tras siete años de convivencia.




Clemenceau, líder de la oposición radical

Pocos días después de su boda se trasladó a Francia y se instaló como médico en La Vendée. Pronto, sin embargo, sus intereses políticos le llevaron de nuevo a París. En julio de 1870 Napoleón III declaró la guerra a la Prusia del canciller Bismarck. Dos meses después el ejército francés era derrotado en Sedán y el emperador capturado. Clemenceau se unió a las manifestaciones que, el 4 de septiembre de 1870, asaltaron el Palais-Bourbon y proclamaron la Tercera República. Pocos días después fue elegido edil del distrito parisiense de Montmartre y, el 8 de febrero de 1871, diputado por los republicanos radicales para la Asamblea Nacional reunida en Burdeos. En ella se opuso a la firma del tratado de paz impuesto por Bismarck, que consideraba deshonroso para Francia. Su oposición a los términos del armisticio le indujo a regresar a la capital, donde se vivían las jornadas revolucionarias de la Comuna. Se convirtió en el mediador entre los rebeldes comuneros y la Asamblea Nacional, que había trasladado su sede a Versalles para la firma del tratado de paz. El 27 de marzo, al no conseguir ningún avance en la negociación, renunció a su escaño en la Asamblea.
En 1876 fue de nuevo elegido diputado por el distrito electoral de Montmartre, cargo desde el que se unió a los republicanos radicales. Pronto su elocuencia y su astucia política le convirtieron en el principal portavoz de la facción radical. Al año siguiente lideró la oposición parlamentaria contra el intento del presidente Patrice MacMahon de sustraer al gobierno de su responsabilidad ante la cámara de representantes.
En 1880 inauguró un nuevo periódico, La Justice, que se convirtió en el órgano principal de los radicales. Durante el mandato presidencial de Jules Grévy (1879-1887), el prestigio político de Clemenceau se consolidó al presentar una oposición implacable a la gestión de los sucesivos gobiernos, a algunos de los cuales contribuyó a derribar. Basó su oposición en los ataques contra la política colonial en África y Asia, que consideraba contraproducente para el desarrollo interior del país y, en 1885, utilizó este argumento para derribar al gobierno de Jules Ferry con un vehemente discurso sobre la derrota francesa en Tonkín (Indochina). En las elecciones de ese mismo año volvió a ser elegido diputado, esta vez por el departamento de Var. A pesar de ser uno de los hombres fuertes del parlamento, se negó a formar gobierno por no disponer de una mayoría suficiente en el Senado, pero prestó su apoyo al gabinete de Charles de Freycinet (1886), en el que logró incluir al general Georges Boulanger, al que consideraba un republicano ejemplar. Sin embargo, Boulanger se mostró pronto como un bonapartista recalcitrante y logró formar a su alrededor un movimiento nacional-monárquico. Clemenceau hizo del boulangerismo el nuevo blanco de sus ataques. Para contrarrestar su influencia, formó la Liga de los Derechos Humanos a fin de promover reformas sociales de índole progresista.
En 1887 logró la caída del gobierno de Maurice Rouvier al denunciar públicamente al yerno del presidente Grévy por tráfico de influencias. Sin embargo, rehusó la oferta de formar gobierno, aunque ejerció su influencia para apartar del poder a sus rivales políticos. Su implacable labor de acoso y derribo le granjeó gran número de enemigos, que sólo esperaban una oportunidad para minar su crédito ante la opinión pública. En 1892 llegó esa oportunidad: debido a su amistad con el financiero Cornélius Herz, Clemenceau se vio salpicado por el escándalo que produjo la quiebra de la Compañía del Canal de Panamá. Incluso llegaron a acusarle de colaborar con los servicios secretos británicos. La campaña contra él, dirigida por el diario Le Petit Journal, alcanzó su culminación dramática cuando, el 20 de diciembre de 1892, el diputado y escritor boulangerista Paul Déroulède le denunció ante la Cámara como fautor de Herz. Clemenceau acusó a Déroulède de mentir y le retó a un duelo, del que los dos salieron ilesos. Más efectiva fue la vía judicial contra sus difamadores: su victoria en los tribunales obligó a quienes le habían acusado a renunciar a sus escaños en el parlamento. Sin embargo, las acusaciones vertidas contra él habían minado su prestigio y, en las elecciones de 1893, a pesar de realizar una brillante campaña, fue atacado desde todos los frentes y derrotado.




Periodismo y agitación política

Clemenceau se zambulló entonces en el periodismo, convirtiéndose, tras una etapa inicial de desaliento, en uno de los más respetados e influyentes comentaristas políticos de la prensa francesa. Esta actividad le permitió desplegar sus excelentes dotes para el análisis político, su vasta cultura y sus muchos contactos con el mundo intelectual de la época. Gran amigo de algunos de los más importantes escritores y artistas de su tiempo, fue inmortalizado por Jean-François Rafaëlli, Auguste Rodin y Claude Monet, para quien organizó una gran exposición en las Tullerías tras la Primera Guerra Mundial. Su libro sobre la historia del pueblo hebreo, Al pie del Sinaí, contó con las ilustraciones del genial Henri de Toulouse-Lautrec.
Pero, sin duda, su principal contribución al periodismo de su tiempo fueron sus artículos sobre el affaire Dreyfus, que conmovió a Francia entre 1894 y 1906. En un principio, Clemenceau estuvo convencido de la culpabilidad de Alfred Dreyfus, acusado de vender secretos de Estado a Alemania. Pero, una vez seguro de su inocencia, emprendió una incansable campaña a favor de su liberación, a través de sus publicaciones La Justice y L'Aurore (fundada en 1897), en las que atacó con dureza el antisemitismo del ejército y el clero franceses. Entre 1900 y 1902 amplió su labor periodística con la creación de un nuevo semanario, Le Bloc. Su vehemente defensa de Dreyfus restauró su prestigio entre los republicanos radicales. En abril de 1902 obtuvo un escaño en el Senado, que ocuparía ya ininterrumpidamente hasta su retirada en 1920.





Presidencia del gobierno y esfuerzo de guerra

En 1902 comenzó la fase más fructífera de su larga carrera política. Desde su primer discurso ante la Cámara alta defendió con vigor las libertades de expresión y conciencia, así como la completa separación entre la Iglesia y el Estado, oponiéndose radicalmente a la injerencia del Vaticano en los asuntos franceses y al monopolio estatal de la educación que demandaban los socialistas. En 1906 aceptó la cartera ministerial de interior en el gabinete de Ferdinand Sarrien. Ese mismo año consolidó su posición como "hombre fuerte" de Francia al enviar al ejército a reprimir una huelga de mineros del departamento de Pas-de-Calais que amenazaba con provocar graves disturbios sociales. Ello fue causa de su completa ruptura con los socialistas y evidenció su giro hacia una postura política más conservadora. Cuando Sarrien presentó su renuncia en octubre de 1906, Clemenceau le sustituyó al frente del Consejo de Ministros.
Su primer mandato se caracterizó por el fortalecimiento de los lazos con Gran Bretaña a través de la Entente formada en 1907. Poco después, una disputa entre Francia y Alemania, originada al intentar el gobierno francés consolidar su supremacía sobre Marruecos, provocó una creciente tensión entre ambos países. La mediación de Austria-Hungría permitió llegar a un acuerdo en febrero de 1909 (Conferencia de Algeciras), por el cual se reconocieron los intereses económicos de Alemania en el país norteafricano, al tiempo que se aseguró la hegemonía política francesa sobre el mismo y se fortaleció la alianza anglo-francesa. Ello significó el comienzo del aislamiento internacional de Alemania. A pesar de su triunfo sobre las pretensiones germanas, la cuestión de Marruecos provocó una grave crisis ministerial, que enfrentó a Clemenceau y al influyente ministro de exteriores, Théophile Delcassé. El 20 de julio de 1909 Clemenceau se vio forzado a presentar su renuncia, al perder el apoyo de la Cámara.
Tras su salida del gobierno, se dedicó a viajar por Sudamérica (Argentina, Uruguay, Brasil), donde impartió conferencias sobre la democracia. En 1911 regresó al Senado y colaboró activamente en las comisiones de asuntos exteriores y ejército. Persuadido de que Alemania preparaba la guerra, abogó sin descanso por el rearme, tanto desde su tribuna en el Senado como desde las páginas de su nuevo noticiario, L'Homme Libre, fundado en 1913.
Cuando estalló la Primera Guerra Mundial en julio del año siguiente, Clemenceau lanzó un llamamiento a la defensa de la patria y a favor de un supremo esfuerzo de guerra, lo que provocó el cierre de L'Homme Libre en septiembre de 1914. Dos días después de su cierre, el diario volvió a aparecer con el título de L'Homme Enchaîné ('El hombre encadenado'), publicación que sufrió constantes mutilaciones por parte de la censura. En el Senado, Clemenceau siguió exigiendo más armas, más munición, más soldados y una mejor gestión de los recursos del país, con el objetivo único de ganar la guerra. Al mismo tiempo, dirigió llamamientos al presidente de Estados Unidos, Woodrow Wilson, para que implicara a su país en la contienda, lo que finalmente hizo en abril de 1917.
A pesar de sus esfuerzos por insuflar en la sociedad francesa un "espíritu de victoria", la prolongación de la guerra dejó al país abatido y al límite de sus recursos humanos y económicos. El pacifismo que adoptó la izquierda radical se convirtió en el nuevo blanco de los ataques de Clemenceau. En noviembre de 1917, en un intento por remediar la crítica situación que vivía el país, el presidente Raymond Poincaré le encomendó la formación de gobierno. Clemenceau tenía entonces 76 años, pero ello no le impidió lanzarse con energía a la labor de poner todos los recursos de Francia al servicio de un único objetivo: la derrota de Alemania. Consiguió convencer a Gran Bretaña y Estados Unidos para establecer un mando unificado y, en mayo de 1918, el mariscal francés Ferdinand Foch fue nombrado comandante único de las tropas aliadas. A pesar de las derrotas sufridas en mayo de ese año, Clemenceau siguió defendiendo la necesidad de mantener a toda costa el esfuerzo de guerra.
El 11 de noviembre de 1918 Alemania firmó el armisticio que selló su derrota en la Primera Guerra Mundial. Para Clemenceau, este hecho se convirtió en una revancha histórica contra la Alemania que había humillado a Francia en 1871. Junto al primer ministro británico Lloyd George y al presidente Wilson, fue uno de los principales protagonistas de la Conferencia de Paz de París (1919). Frente a la postura de mayor tolerancia defendida por la diplomacia norteamericana, exigió la imposición a Alemania de un durísimo tratado de paz. No sólo consiguió la devolución de Alsacia y Lorena, sino que además logró que se aceptara el total desarme alemán y el pago de exorbitantes reparaciones de guerra. Finalmente, como colofón simbólico de su personal cruzada patriótica, exigió que el acuerdo de paz fuera ratificado en el Salón de los Espejos de Versalles, donde, en 1871, Bismarck había tenido la osadía de proclamar el II Reich.
Sin embargo, la actuación de Clemenceau en la Conferencia de Versalles suscitó las suspicacias de la Asamblea Nacional francesa, orillada por el primer ministro en las conversaciones de paz. Las elecciones de noviembre de 1919 dieron como resultado una Asamblea mayoritariamente opuesta a la continuación de Clemenceau al frente del gobierno. En enero siguiente resultó derrotado en las elecciones a la presidencia de la República y, como era de rigor tras la elección de un nuevo jefe del Estado, se vio obligado a abandonar la jefatura del Consejo de Ministros.

Ello significó su definitiva retirada de la vida política. Abandonó París y se mudó a vivir a Bel-Ebat, la villa junto al mar que poseía en La Vendée. Entre septiembre de 1920 y mayo de 1921 realizó un viaje por la India, donde, a pesar de su respetable edad, se dedicó a cazar tigres. En noviembre de 1922 realizó un último viaje a Estados Unidos, donde dirigió una campaña en contra del progresivo alejamiento de dicho país de los asuntos europeos. De vuelta en Bel-Ebat, se dedicó a la lectura y a escribir sus últimas obras: Demóstenes Au soir de la pensée. Sus Memorias: Grandeza y miseria de una victoria, fueron, en buena medida, una respuesta a los ataques lanzados contra él por su antiguo aliado, el mariscal Foch. Serían publicadas de manera póstuma en 1930. Georges Clemenceau murió en su apartamento parisiense a la edad de 88 años.

Bibliografía



  • BRUUN, G. Clemenceau.
  • MONNERVILLE, G. Clemenceau.
  • WORMSER, G. La République de Clemenceau
    http://www.enciclonet.com/articulo/clemenceau-georges/#

jueves, 24 de septiembre de 2015

VICENTE HUIDOBRO.....ALTAZOR (CANTO II)





Mujer el mundo está amueblado por tus ojos
Se hace más alto el cielo en tu presencia
La tierra se prolonga de rosa en rosa
Y el aire se prolonga de paloma en paloma
Al irte dejas una estrella en tu sitio

Dejas caer tus luces como el barco que pasa
Mientras te sigue mi canto embrujado
Como una serpiente fiel y melancólica
Y tú vuelves la cabeza detrás de algún astro
¿Qué combate se libra en el espacio?

Esas lanzas de luz entre planetas
Reflejo de armaduras despiadadas
¿Qué estrella sanguinaria no quiere ceder el paso?
En dónde estás triste noctámbula
Dadora de infinito

Que pasea en el bosque de los sueñosHeme aquí perdido entre mares desiertos
Solo como la pluma que se cae de un pájaro en la
          ( noche
Heme aquí en una torre de frío
Abrigado del recuerdo de tus labios marítimos

Del recuerdo de tus complacencias y de tu
          ( cabellera
Luminosa y desatada como los ríos de montaña
¿Irías a ser ciega que Dios te dio esas manos?
Te pregunto otra vez
El arco de tus cejas tendido para las armas de
          ( los ojos

En la ofensiva alada vencedora segura con orgullos
          ( de flor
Te hablan por mí las piedras aporreadas
Te hablan por mí las olas de pájaros sin cielo
Te habla por mí el color de los paisajes sin viento
Te habla por mí el rebaño de ovejas taciturnas

Dormido en tu memoria
Te habla por mí el arroyo descubierto
La yerba sobreviviente atada a la aventura
Aventura de luz y sangre de horizonte
Sin más abrigo que una flor que se apaga

Si hay un poco de vientoLas llanuras se pierden bajo tu gracia frágil
Se pierde el mundo bajo tu andar visible
Pues todo es artificio cuando tú te presentas
Con tu luz peligrosa

Inocente armonía sin fatiga ni olvido
Elemento de lágrima que rueda hacia adentro
Construido de miedo altivo y de silencio

Haces dudar al tiempo
Y al cielo con instintos de infinito

Lejos de ti todo es mortal
Lanzas la agonía por la tierra humillada de
      ( noches
Sólo lo que piensa en ti tiene sabor a eternidad
He aquí tu estrella que pasa
Con tu respiración de fatigas lejanas

Con tus gestos y tu modo de andar
Con el espacio magnetizado que te saluda
Que nos separa con leguas de noche
Sin embargo te advierto que estamos cosidos
A la misma estrella

Estamos cosidos por la misma música tendida
De uno a otro
Por la misma sombra gigante agitada como árbol
Seamos ese pedazo de cielo
Ese trozo en que pasa la aventura misteriosa

La aventura del planeta que estalla en pétalos de
      ( sueño
En vano tratarías de evadirte de mi voz
Y de saltar los muros de mis alabanzas
Estamos cosidos por la misma estrella
Estás atada al ruiseñor de las lunas

Que tiene un ritual sagrado en la garganta

Qué me importan los signos de la noche
Y la raíz y el eco funerario que tengan en mi
      ( pecho
Qué me importa el enigma luminoso
Los emblemas que alumbran el azar

Y esas islas que viajan por el caos sin destino a
      ( mis ojos
Qué me importa ese miedo de flor en el vacío
Qué me importa el nombre de la nada
El nombre del desierto infinito
O de la voluntad o del azar que representan

Y si en ese desierto cada estrella es un deseo de
      ( oasis
O banderas de presagio y de muerte
Tengo una atmósfera propia en tu aliento
La fabulosa seguridad de tu mirada con sus cons-
      ( telaciones íntimas
Con su propio lenguaje de semilla

Tu frente luminosa como un anillo de Dios
Más firme que todo en la flora del cielo
Sin torbellinos de universo que se encabrita
Como un caballo a causa de su sombra en el aire
Te pregunto otra vez

¿Irías a ser muda que Dios te dio esos ojos?Tengo esa voz tuya para toda defensa
Esa voz que sale de ti en latidos de corazón
Esa voz en que cae la eternidad
Y se rompe en pedazos de esferas fosforescentes

¿Qué sería la vida si no hubieras nacido?
Un cometa sin manto muriéndose de frío
Te hallé como una lágrima en un libro olvidado
Con tu nombre sensible desde antes en mi pecho
Tu nombre hecho del ruido de palomas que se
      ( vuelan

Traes en ti el recuerdo de otras vidas más altas
De un Dios encontrado en alguna parte
Y al fondo de ti misma recuerdas que eras tú
El pájaro de antaño en la clave del poeta
Sueño en un sueño sumergido

La cabellera que se ata hace el día
La cabellera al desatarse hace la noche
La vida se contempla en el olvido
Sólo viven tus ojos en el mundo
El único sistema planetario sin fatiga

Serena piel anclada en las alturas
Ajena a toda red y estratagema
En su fuerza de luz ensimismada
Detrás de ti la vida siente miedo
Porque eres la profundidad de toda cosa

El mundo deviene majestuoso cuando pasas
Se oyen caer lágrimas del cielo
Y borras en el alma adormecida
La amargura de ser vivo
Se hace liviano el orbe en las espaldas


Mí alegría es oír el ruido del viento en tus cabellos
(Reconozco ese ruido desde lejos)
Cuando las barcas zozobran y el río arrastra tron-
     ( cos de árbol
Eres una lámpara de carne en la tormenta
Con los cabellos a todo viento

Tus cabellos donde el sol va a buscar sus mejores
     ( sueños
Mi alegría es mirarte solitaria en el diván del
     ( mundo
Como la mano de una princesa soñolienta
Con tus ojos que evocan un piano de olores
Una bebida de paroxismos

Una flor que está dejando de perfumar
Tus ojos hipnotizan la soledad
Como la rueda que sigue girando después de la
     ( catástrofe
Mi alegría es mirarte cuando escuchas
Ese rayo de luz que camina hacia el fondo del
     ( agua

Y te quedas suspensa largo rato
Tantas estrellas pasadas por el harnero del mar
Nada tiene entonces semejante emoción
Ni un mástil pidiendo viento
Ni un aeroplano ciego palpando el infinito

Ni la paloma demacrada dormida sobre un
     ( lamento
Ni el arcoiris con las alas selladas
Más bello que la parábola de un verso
La parábola tendida en puente nocturno de alma
     ( a alma
Nacida en todos los sitios donde pongo los ojos

Con la cabeza levantada
Y todo el cabello al viento
Eres más hermosa que el relincho de un potro en
     ( la montaña
Que la sirena de un barco que deja escapar toda
     ( su alma
Que un faro en la neblina buscando a quien
     ( salvar

Eres más hermosa que la golondrina atravesada
     ( por el viento
Eres el ruido del mar en verano
Eres el ruido de una calle populosa llena de
     ( admiración
Mi gloria está en tus ojos
Vestida del lujo de tus ojos y de su brillo interno

Estoy sentado en el rincón más sensible de tu
     ( mirada
Bajo el silencio estático de inmóviles pestañas
Viene saliendo un augurio del fondo de tus ojos
Y un viento de océano ondula tus pupilas
Nada se compara a esa leyenda de semillas que
     ( deja tu presencia

A esa voz que busca un astro muerto que volver a
     ( la vida
Tu voz hace un imperio en el espacio
Y esa mano que se levanta en ti como si fuera a
     ( colgar soles en el aire
Y ese mirar que escribe mundos en el infinito
Y esa cabeza que se dobla para escuchar un mur-
     ( mullo en la eternidad

Y ese pie que es la fiesta de los caminos
     ( encadenados
Y esos párpados donde vienen a vararse las cente-
     ( llas del éter
Y ese beso que hincha la proa de tus labios
Y esa sonrisa como un estandarte al frente de tu
     ( vida
Y ese secreto que dirige las mareas de tu pecho

Dormido a la sombra de tus senos

Si tú murieras
Las estrellas a pesar de su lámpara encendida
Perderían el camino
¿Qué sería del universo? 
 

NABÓNIDO....EL ULTIMO REY DE BABILONIA



Aupado al trono de Babilonia por una conspiración, Nabónido ofendió al clero de Marduk al promover a Sin como dios principal de la ciudad. Al final, cayó víctima de una conjura y de la invasión del persa Ciro
El destino de Nabónido, el último rey de Babilonia, empezó a fraguarse lejos de la gran capital mesopotámica, en Harrán, una ciudad al norte de Siria. De allí procedían probablemente sus padres, sin conexión con la realeza y seguramente de condición modesta. Sobre la madre tenemos información muy precisa gracias a una autobiografía que se le atribuye y que, según las fuentes, escribió cuando tenía 104 años. Sabemos así que se llamaba Adad-guppi, nombre que sugiere que era de origen arameo. Cuando Harrán fue destruida por el rey babilonio Nabopolasar y sus aliados medos en el año 609 a.C., ella y su marido marcharon a Babilonia, tal vez como cautivos. Una vez en la capital entraron a formar parte del personal de la corte, aunque su rango no era elevado. Adad-guppi explica asimismo que presentó a su hijo Nabónido en la corte babilonia y que éste sirvió al rey Nabucodonosor, aunque no sabemos qué cargó ocupó.
Nabónido sin duda adquirió con el tiempo una posición destacada en el palacio real. Y, de este modo, cuando ya era un hombre de edad avanzada –como se deduce del hecho de que tenía un hijo ya mayor, al que nombraría regente al conquistar el trono–, intervino directamente en la crisis política que se abrió en Babilonia a partir de la muerte de Nabucodonosor II, en el año 562 a.C.
Los seis años siguientes fueron para Babilonia un período convulso, en el que se sucedieron hasta tres reyes, dos de los cuales fueron asesinados. El último acto de la crisis ,se inició con el ascenso al trono en 556 a.C. de Labashi-Marduk, hijo del rey  Neriglisar. Seguramente el nuevo monarca era aún un niño, por lo que nada pudo hacer frente a una conspiración de palacio que apenas dos meses después lo derrocó y acabó con su vida. Según el historiador Beroso, «la debilidad del rey se hizo aparente de muchas maneras» y fueron sus «amigos» quienes lo asesinaron.

Rey a su pesar

Tras la muerte de Labashi-Marduk, Nabónido fue aclamado como nuevo soberano, quizá sin que él mismo lo buscara. Al menos eso declara en la crónica que encargó en su decimotercer año de reinado: «En mi mente no estaba la idea de ser rey». Sin duda, Nabónido debió de formar parte de la conjura, pero no parece que fuera el líder. Tal vez lo aupó al trono su propio hijo, Belshazzar (conocido también como Baltasar). Así se explicaría que justo después de la proclamación de su padre, Belshazzar ascendiera a un lugar preeminente en la corte y se convirtiera en regente del reino durante el largo período de tiempo en que Nabónido estuvo ausente de la capital.
En cualquier caso, en los inicios de su reinado Nabónido actuó como si quisiera hacerse perdonar la manera en que había llegado al trono. Se esforzó en comportarse como sus predecesores y quiso mostrarse como un rey piadoso y respetuoso con las tradiciones religiosas babilonias. Un ejemplo de este empeño fue la restauración del Ebabbar, el principal templo de la ciudad de Sippar, 60 kilómetros al norte de Babilonia. En tan sólo dos años se excavó el terreno hasta llegar a los cimientos más antiguos del templo y se procedió a la reconstrucción, de manera que en su tercer año de reinado Nabónido pudo dedicar el Ebabbar y presentar una tiara a Shamash, el dios del sol, «según las antiguas costumbres». Durante los trabajos de excavación de los cimientos del templo se descubrió una estatua del rey Sargón de Acad (2333-2278 a.C.), una antigüedad ya en esa época. Nabónido hizo colocar esta estatua en el Ebabbar y ordenó que se le rindiera culto como si fuera la imagen de un dios. Aprovechando seguramente este hallazgo, Nabónido hizo colocar también en el Ebabbar una estatua suya, no para ser adorada sino como un elemento votivo. Este hecho podría interpretarse, una vez más, como ejemplo de la voluntad de Nabónido de relacionar su propia persona con ilustres gobernantes del pasado.
En los momentos iniciales de su reinado, Nabónido también dedicó especial atención al mantenimiento del culto a las principales divinidades de Babilonia, sobre todo a Marduk, el dios patrono de la ciudad. En Sippar restableció las ofrendas en el templo de Marduk y su paredra (esposa) Sarpanitu, e hizo lo propio en Uruk. Una inscripción nos informa de que el monarca restauró también el templo de Ishtar de Acad, en la ciudad de Agadé.



El rey en un oasis de Arabia

En el cuarto año de su reinado, Nabónido tomó una sorprendente decisión: abandonó la capital, Babilonia, dejando a su hijo Belshazzar a cargo del reino, y se estableció en el oasis de Teima, en el desierto de Arabia. Ordenó rodear esta ciudad de una muralla y se hizo construir un palacio. El traslado tal vez estuvo relacionado con la amenaza creciente que ejercía sobre Babilonia el emergente Imperio persa, dirigido desde 559 a.C. por un belicoso monarca, Ciro II. Temiendo que los persas ocuparan Siria y cortaran las rutas comerciales de Babilonia hacia el norte, Nabónido tal vez quería explorar un acceso alternativo al mar a través del norte de Arabia, una zona económicamente muy próspera en esa época.
Tras diez años en Teima, Nabónido regresó a Babilonia, quizá porque su presencia en la capital era necesaria para hacer frente a la amenaza de Ciro, o bien porque decidió asumir directamente el poder ante las discrepancias que tal vez surgieron con su hijo Belshazzar. Cabe señalar igualmente que en esos años se había producido en Babilonia una hambruna.
En cualquier caso, fue a su regreso de Teima cuando el monarca decidió llevar a la práctica un proyecto que sin duda acariciaba desde hacía años y que tendría consecuencias dramáticas para el Imperio babilónico: el de promover a lo más alto del panteón al dios lunar Sin, una divinidad que había caído en el olvido en la ciudad, pero a la que el monarca se sentía muy ligado seguramente por el ejemplo de su madre, gran devota de Sin.
Nabónido ordenó convertir varios templos en santuarios dedicados a Sin. La decisión se dio a conocer en todos los rincones del Imperio mediante la erección de estelas en las que se explicaba el lugar de privilegio que a partir de entonces ocuparía el dios lunar, y se argüía que la medida del rey le había sido inspirada directamente por el dios mediante una señal o signo; era, decía, la «obra de Sin» (epišti Sîn en acadio). Nabónido dedicó una especial atención a los templos de Sin en Harrán y en Ur, y en esta última ciudad consagró incluso a su hija, En-nigaldi-Nanna, como gran sacerdotisa del dios, emulando a Sargón de Acad, que había hecho lo propio con su hija Enheduanna. Los trabajos de reconstrucción fueron conmemorados en la autobiografía de la madre de Nabónido, en la que ésta vinculaba directamente el poder del monarca con la protección del dios: «Sin, el rey de los dioses, me miró. Él llamó a Nabónido, mi único hijo, mi vástago, a la realeza. Él personalmente le entregó la realeza de Sumer y Acad, desde la frontera de Egipto y el mar superior, hasta el mar inferior, toda la tierra».

La venganza de Marduk

La nueva política religiosa de Nabónido provocó el rechazo de la clase sacerdotal de Babilonia. Ya su marcha al oasis de Teima fue vista como una traición a la ciudad y a sus tradiciones. La ausencia del rey supuso, por ejemplo, que se cancelasen las ceremonias del festival del Año Nuevo, que el monarca debía presidir. Entre ellas estaba la introducción de la estatua de Marduk en su templo, que indicaba el inicio del año, por lo que su suspensión perturbaba el ciclo de cultos en la ciudad. Al regreso de Nabónido a Babilonia la situación se agravó, pues el rey ordenó que hasta el templo de Marduk fuera consagrado a Sin. Los sacerdotes de aquel dios y de otras divinidades cuyos templos habían sido usurpados para el nuevo culto lunar se convirtieron en enemigos acérrimos del rey, al que acusaron de comportamiento impío; su dios Marduk los vengaría, aseguraban.
Esa venganza llegó en el decimoséptimo año del reinado de Nabónido. El rey persa Ciro entró en los dominios de Nabónido en 539 a.C., procedente de los montes Zagros, y derrotó a los babilonios en una sangrienta batalla en la confluencia de los ríos Diyala y Tigris, cerca de Opis. Tras saquear esta ciudad y masacrar a sus habitantes, Ciro se dirigió a Sippar. Entretanto, se desarrolló en Babilonia una conspiración contra Nabónido, que fue hecho prisionero. La ciudad se rindió al general persa Gobryas y poco después Ciro hizo su entrada triunfal en ella. No se sabe a ciencia cierta cuál fue el destino de Nabónido: según una fuente, se le envió al exilio en una remota provincia del Imperio persa, mientras que el historiador griego Jenofonte asegura que el último rey de Babilonia fue asesinado.
 http://www.nationalgeographic.com.es/articulo/historia/grandes_reportajes/9189/nabonido


SEVERO OCHOA....LA BIOQUIMICA Y LA BIOLOGIA MOLECULAR EN ESPAÑA





Severo Ochoa nació el 24 de Septiembre de 1905 en Luarca (Asturias), siendo el pequeño de siete hermanos. Perdió a su padre cuando tenía siete años y su familia comenzó a pasar los inviernos en Málaga, donde el clima era más suave. Cursó los estudios de secundaria en el Instituto de Bachillerato de Málaga y allí recibió clases de un profesor de química, Eduardo García Rodeja, que fue quien le despertó el gusto por las ciencias naturales. Al terminar el Bachillerato en 1921, ya tenía el firme propósito de dedicarse a la Biología Experimental. Por aquel entonces, los estudios de medicina eran el mejor acceso a la biología. Por ello, en 1922 ingresó en la Universidad de Madrid para cursar la carrera de Medicina, atraído por la gran personalidad científica y humana de Santiago Ramón y Cajal (Premio Nobel de Medicina, en 1906), y como el mejor camino para seguir una carrera investigadora en ciencias biológicas. Ochoa nunca pensó dedicarse a la práctica médica sino que, desde el comienzo, su único objetivo fue prepararse convenientemente para llegar algún día a hacer buena Ciencia; aunque en aquellos años, el ambiente científico en España era escaso y poco propicio para que surgiera un científico de talla universal. Con la excepción de Cajal y sus discípulos, tan solo dos profesores de la Facultad de Medicina: Juan Negrín y Teófilo Hernando, Catedráticos de Fisiología y Farmacología, respectivamente, mostraban ciertas inquietudes investigadoras. Para Ochoa, fue una decepción el que Cajal se hubiera jubilado un año antes de cursar su asignatura de Histología. Aunque no llegó a conocerle en persona, la figura y los escritos de Cajal le ayudaron a forjar su personalidad.
Cuando cursaba el tercer curso de carrera, aceptó la invitación de Juan Negrín para ser instructor de clases prácticas en el Departamento de Fisiología, y es entonces cuando se inicia en la investigación, bajo la dirección del Dr. Negrín. En el verano de 1927, antes de terminar su carrera, decidió irse a trabajar durante dos meses al laboratorio del Dr. Noël Paton, en Glasgow. El fruto de esa investigación fue su primera publicación científica, titulada: "The action of guanidins on the melanophores of the skin of the frog" y presentada por el Dr. Paton en los Proceedings of the Royal Society of London (año 1928, volumen 102, páginas 256-263). Tras su regreso al laboratorio del Dr. Negrín, con su amigo José G. Valdecasas puso a punto un micrométodo para la determinación de la creatina en el músculo, que dio lugar a su segunda publicación de prestigio en la revista americana: Journal of Biological Chemistry, en 1929.
Al terminar la carrera de Medicina, Ochoa prosigue su etapa formativa buscando, en todo momento, trabajar junto a excelentes maestros, en ambientes científicos de excelencia. Así, entre otros, trabaja con Otto Meyerhof (Premio Nobel de Medicina, en 1923) en Berlín, en el mismo Instituto donde también trabajaba Otto Warburg (Premio Nobel de Medicina, en 1931). Más tarde, trabajaría en Londres con Harold Dudley y Henry Dale (Premio Nobel de Medicina, en 1936); en Heidelberg, de nuevo con Meyerhof; en Plymouth, con Hill; en Oxford, con Peters y finalmente, en el Departamento de Bioquímica de la Facultad de Medicina de St. Louis, Missouri, con el matrimonio Carl y Gerty Cori (Premios Nobel de Medicina, en 1947). Estas estancias en el extranjero estuvieron intercaladas con alguna otra en Madrid, donde llegó a ser Director de la Sección de Fisiología del Instituto de Investigaciones Médicas que dirigía el Dr. Jiménez Díaz. En 1931, durante una de esas estancias en España, se casó en Covadonga con la gijonesa Carmen García Cobián. En Septiembre de 1936, el matrimonio Ochoa abandonó España en busca de otros lugares más propicios para hacer la clase de Ciencia con la que Ochoa soñaba.
Efectivamente, ni la guerra civil española, ni la posterior guerra mundial, frenaron su carrera investigadora. Así, cuando su trabajo en Oxford se vió interrumpido por la Segunda Guerra Mundial, decidió marcharse a América. Ochoa, en su autobiografía, describe así su marcha a Estados Unidos : Un día de Agosto de 1940, Carmen y yo zarpamos para el Nuevo Mundo, no sin tristeza, pero llenos de esperanza y expectativas.
En 1942, da por finalizada su etapa de formación y empujado por Carmen, su mujer, acepta una plaza en el Departamento de Medicina de la Universidad de Nueva York y comienza su propia carrera científica como investigador independiente. Desde ese momento y hasta su jubilación en 1974, su carrera científica se desarrolla en esa Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York, en la que ocupa, sucesivamente, los cargos de Director del Departamento de Farmacología (1946-1954) y de Bioquímica (1954-1974). La sólida formación científica adquirida en cerca de veinte años, es la que le permite abordar posteriormente retos científicos que se sitúan en la frontera de la Ciencia en cada momento. Al jubilarse en 1974, acepta la invitación de los laboratorios Hoffmann-La Roche en Nutley, New Jersey y se traslada con su equipo al Instituto Roche de Biología Molecular. Desde 1977, dirige también un grupo de investigación en el Centro de Biología Molecular "Severo Ochoa" (CBMSO) de Madrid, que se creó gracias a su entusiasmo y apoyo. En 1986, regresa definitivamente a España, al CBMSO, donde continua su labor investigadora. Fallece en Madrid, el 1 de Noviembre de 1993.





Sus hallazgos : La polinucleótido fosforilasa y el Código Genético
Tras sus importantes contribuciones al mejor conocimiento de la glicolisis, el ciclo de Krebs, la fosforilación oxidativa, la fotosíntesis y el metabolismo de los ácidos grasos, llega el descubrimiento de la polinucleótido fosforilasa. En 1955, el grupo de Ochoa conseguía sintetizar, por primera vez en un tubo de ensayo, el ARN (ácido ribonucleico), la molécula que posibilita la transformación del ADN en proteínas, con la ayuda de un enzima, la polinucleótido fosforilasa, descubierta y purificada previamente en su laboratorio. Ochoa vió rápidamente la transcendencia de estos trabajos y más tarde lo explicó de este modo : Una enzima aislada del microorganismo Azotobacter vinelandii, cataliza la síntesis de polinucleótidos altamente polimerizados a partir de los 5'-nucleósidos difosfato con liberación de ortofosfato....Fácil es imaginar mi emoción cuando me di cuenta de lo que realmente ocurría. Un polímero de alto peso molecular, análogo al ARN, había sido sintetizado por primera vez fuera de la célula, mediante una reacción enzimática. Por estos trabajos, fue galardonado con el Premio Nobel de Fisiología y Medicina, en 1959.
Así, el día 15 de Octubre de 1959, a la una de la tarde, en el Departamento de Bioquímica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York se recibía, desde Estocolmo, un telegrama dirigido al profesor Severo Ochoa, que decía literalmente : "La universidad de Carolina ha decidido otorgar este año el Premio Novel in Fisiologia y Medicina compatido por ti y por el profeforr Arthur Kornberg por vuestros descubrimientos del mecanismo en las sintesis biologicas del acido ribonucleico y acido desoxirribonucleico. Sten Friberg. Rector of the Caroline Institute". Este premio, lejos de significar la meta final de sus ambiciones científicas, le estimuló para que en cinco años, en dura competencia con los laboratorios de Marshall Nirenberg y de Gobind Khorana, lograra el completo desciframiento de la clave genética. Para ello, fue esencial la utilización de la polinucleótido fosforilasa, auténtica "Piedra de Rosetta" del Código Genético. Por este descubrimiento, la llave que abrió las puertas de la Ingeniería Genética, de las técnicas de clonación y más recientemente, del nacimiento de Dolly, la primera oveja clonada, los Dres. Nirenberg y Khorana recibieron el Premio Nobel de Medicina, en 1968. Ochoa mereció pues compartir ese premio, que hubiera significado su segundo Premio Nobel. Llegado ese momento, el ansia por investigar, que para Ochoa era "arrancarle secretos a la vida", no cesó y continuó estudiando los mecanismos de la expresión génica de los virus ARN, la biosíntesis de proteínas en bacterias y finalmente, la regulación de la síntesis de proteínas en células superiores. 
  

Su influencia en el desarrollo de la Bioquímica y Biología Molecular en España
Con ser admirable la faceta investigadora de Ochoa, su figura se engrandece cuando analizamos el decisivo papel que jugó en el desarrollo de la Bioquímica y Biología Molecular en España. Así, ejerció una influencia directa sobre los numerosos discípulos españoles que acogió y formó en su laboratorio de los Estados Unidos, entre los que se encuentran: Santiago Grisolía, Margarita Salas, Eladio Viñuela, Antonio Sillero, César Nombela y César de Haro; pero también influyó, indirectamente, sobre otros científicos españoles como Alberto Sols, Antonio García Bellido, Julio R. Villanueva y Manuel Losada. En el verano de 1961, en Santander, Ochoa se reúne con la comunidad científica española y estimula la creación de la Sociedad Española de Bioquímica, algo que se produce dos años más tarde, durante la celebración de la segunda reunión de los bioquímicos españoles en Santiago de Compostela. Dicha Sociedad, inició su andadura con una treintena de socios fundadores y en la actualidad, convertida en la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular, la integran más de dos mil socios. Años más tarde, juega un papel decisivo, como ya se ha mencionado, en la creación del CBMSO, un Centro de excelencia, que debería impulsar la investigación en Biología Molecular agrupando algunos de los investigadores más relevantes en este campo. En 1977, el CBMSO comienza a funcionar plenamente y desde el principio, Ochoa tiene su propio grupo de investigación. En Enero de 1986, se incorporó definitivamente al CBMSO del que, en algún momento, manifestó: La existencia del CBMSO y la presencia de mis discípulos me ayudaron a tomar la decisión de regresar a España al cumplir los ochenta años. Me enorgullece decir que el Centro de Biología Molecular fue mi sueño,... Gracias al CBMSO, a sus científicos y a todo su personal, ya no se puede decir que no existe investigación en España.
Desde su regreso procuró, por todos los medios que tuvo a su alcance, despertar las conciencias de la sociedad española y de sus gobernantes, para que valorasen justamente lo que representa la investigación científica en el bienestar de un país. A menudo, se le escucharon frases como éstas: "Los países con un nivel elevado de desarrollo tienen un nivel elevado de Ciencia propia. El Estado tiene la obligación inexcusable de promover la investigación científica". Su preocupación e interés porque España alcanzara el nivel científico de los países europeos más avanzados, se concretó en su respuesta a un diario madrileño, que le preguntó cual sería su sueño dorado, a lo que respondió de su puño y letra : Que España posea Ciencia y Tecnología propias. Tal vez por ello, tras su fallecimiento y por voluntad testamentaria, se constituyó la Fundación Carmen y Severo Ochoa, para perpetuar el nombre de su esposa y reafirmar su ferviente deseo de que España se incorpore algún día a los países científicamente más desarrollados.



Su perfil humano
La incuestionable transcendencia de sus contribuciones al desarrollo de la Ciencia y su influencia decisiva en el despertar de la Bioquímica y Biología Molecular en España; características, todas ellas, admirables y difíciles de ver reunidas en una sola persona. Sin embargo, tras una larga convivencia con Ochoa, se podria destacar, por encima de todo, su perfil humano. Es bien sabido, el profundo vacío que le causó la prematura muerte de su esposa, el trato cariñoso, lleno de ternura y respeto, que dispensaba a Carmen en cada momento era enorme. A su mujer le dedicó esta bellas palabras: En mi vida hay algo que ha merecido la pena, y no es la investigación científica, sino el haber tenido su amor. ¿Cómo puede sorprenderse nadie de que diga que mi vida sin Carmen no es vida?
Tenia la rara combinación de virtudes que adornaban su atractiva personalidad. Era modesto, tolerante y honesto y tenía un profundo sentido de la ética, el amor y la amistad. Era amante de la naturaleza y del arte; era, en definitiva, un hombre bueno. Quizás, alguno de estos atributos se proyectaron hacia una parte de la juventud, para la que Ochoa fue todo un símbolo. Para los universitarios españoles y para las generaciones futuras, Severo Ochoa dejó escrito este legado: Si os apasiona la Ciencia haceros científicos. No penséis lo que va a ser de vosotros. Si trabajáis firme y con entusiasmo, la Ciencia llenará vuestra vida. En estas fechas, en que conmemoramos el cuadragésimo aniversario de la concesión del Premio Nobel y el decimo aniversario de su muerte, Ochoa sigue vivo en nuestra memoria



APORTACIONES DE SEVERO OCHOA 
 Los aspectos más relevantes de la aportación del Prof. S. Ochoa a la Ciencia tienen dos vertientes, la científica y la humana. En la vertiente científica cabe destacar cuatro grandes áreas en las cuales las aportaciones de Ochoa y su grupo han sido y son esenciales para el desarrollo de la Bioquímica y la Biología Molecular: 1) Estudios sobre el metabolismo intermediario oxidativo con aportaciones esenciales en la oxidación de piruvato, la fijación de CO2 y etapas cruciales del ciclo de Krebs. 2) Descubrimiento de la polinucleótido fosforilasa y los estudios sobre la síntesis de ácidos ribonucléicos. Ochoa consiguió con este enzima y por primera vez la síntesis de ácido ribonucléico (ARN) in vitro en 1955. Por estos descubrimientos fue galardonado con el Premio Nobel en 1959. 3) Aportaciones fundamentales para el desciframiento del código genético con los grupos de investigación de Khorana y Nirenberg. 4) Aportaciones críticas que permitieron diseñar el mecanismo de la biosíntesis proteica en bacteria y en células superiores, así como sus mecanismos de regulación. Hay que resaltar que prácticamente todas las aportaciones realizadas por el Prof. Ochoa están vigentes hoy en día y constituyen en muchos casos piedras angulares del desarrollo de grandes áreas de la Biología Molecular. En cuanto al perfil humano, el Prof. Ochoa era una personalidad apasionante por el entusiasmo y dedicación a su disciplina científica. No en vano le dio el título de "The pursuit of a hobby" a la autobiografía científica que se publicó en Annual Reviews on Biochemistry en 1980. Su trato, cordialidad y accesibilidad caló muy hondo en la comunidad científica internacional. Era notable su capacidad de hacer fácil lo difícil. Su huella en la Ciencia española ha sido enorme a través de sus colaboradores como con la comunidad científica española. 
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